Cadera
Una breve guía para su próxima artroplastia de cadera.

Para obtener más información general sobre el reemplazo articular, consulte nuestra guía y la sección de preguntas frecuentes.

El extremo superior del fémur, o cabeza femoral, tiene forma de esfera y encaja en una cavidad, llamada acetábulo, de la pelvis. Los ligamentos de la cadera limitan el movimiento y los músculos, que se insertan en el trocánter pequeño y grande, unen los huesos. Una cápsula ajustada rodea toda la articulación de la cadera y proporciona resistencia adicional.
La articulación de la cadera es una mezcla de resistencia y flexibilidad, y su función es dar estabilidad al cuerpo y soportar cualquier carga durante todas las actividades en las que participan las piernas.
El extremo superior del fémur, o cabeza femoral, tiene forma de esfera y encaja en una cavidad, llamada acetábulo, de la pelvis. Los ligamentos de la cadera limitan el movimiento y los músculos, que se insertan en el trocánter pequeño y grande, unen los huesos. Una cápsula ajustada rodea toda la articulación de la cadera y proporciona resistencia adicional.
La articulación de la cadera es una mezcla de resistencia y flexibilidad, y su función es dar estabilidad al cuerpo y soportar cualquier carga durante todas las actividades en las que participan las piernas.
Enfermedades Específicas de la Articulación de la Cadera

El implante de la cabeza femoral consiste en una bola de metal o cerámica unida a un vástago de metal que encaja en el fémur. El accesorio se puede fijar con un cemento especial. Un revestimiento de plástico o cerámica, colocado en una cuenca metálica, reemplaza el acetábulo dañado. Esta combinación de implantes crea una nueva articulación, diseñada para deslizarse suavemente y sin provocar dolor.
El implante de la cabeza femoral consiste en una bola de metal o cerámica unida a un vástago de metal que encaja en el fémur. El accesorio se puede fijar con un cemento especial. Un revestimiento de plástico o cerámica, colocado en una cuenca metálica, reemplaza el acetábulo dañado. Esta combinación de implantes crea una nueva articulación, diseñada para deslizarse suavemente y sin provocar dolor.





A continuación, el cirujano disloca y extrae la cabeza femoral del acetábulo. También retoca la cuenca para que la copa metálica encaje perfectamente. Por último, se utilizan instrumentos específicos para ahuecar el interior del fémur para insertar el vástago de metal.
Todos los componentes pueden cementarse o no cementarse. En el primer caso, se emplea un cemento óseo especial para anclar el implante al hueso. La otra opción se basa en la firmeza del ajuste y los materiales específicos que permiten que el hueso crezca en el implante.
Una vez que todo está en su sitio, el cirujano ortopédico cierra la incisión con varias capas de puntos de sutura o grapas metálicas. Se aplica un vendaje y se devuelve al paciente a la sala de recuperación.